sábado, 25 de febrero de 2012


Candombe si, del Uruguay.
¿Cuántas veces hemos visto vibrar el suelo de Barrio Sur y Palermo al ritmo de los tambores? Febrero nos trae las llamadas y el ritmo del candombe.  Pero, ¿Cuál es el origen de este género y cuál es su importancia para nuestro país?
El candombe es un género que evolucionó durante la época colonial en Uruguay, donde aún hoy se practica. Originado a partir de ritmos africanos, se convirtió en el género “afro-descendiente”  más popular de nuestro país.  Se desarrolló principalmente en Montevideo, debido a la mayor afluencia de esclavos africanos.

Según Ayrton Dos Anjos, un amante de este ritmo, para quienes lo practican es mucho más que un género musical. Para él representa una forma de vida, un estado de ánimo, una cultura. El candombe sin duda es para muchos un sentimiento con el cual se identifican y con el cual identifican a Uruguay,  ya que por más que es originario de la actual Angola, en Barrio Sur y Palermo fue donde adquirió su forma actual.
Al principio, los que lo practicaban eran sólo los esclavos africanos, quienes estaban en Montevideo durante el siglo XVII y XVIII. Luego, y esto sí es originario absolutamente de nuestro amado país, nace la comparsa.

La comparsa es la agrupación que une a los personajes típicos del candombe, como lo son “la mama vieja, el gramillero, el escobero y el grupo de baile”. No olvidemos tampoco a la cuerda de tambores con la que debe contar la comparsa (50 percusionistas como mínimo).
El candombe típico del Uruguay se toca con 3 tambores diferentes. Uno grave “el piano”, uno medio “el repique” y uno agudo “el chico”. Al conjunto de estos tres tambores se los denomina “la cuerda”.

Casi 300 años en nuestra cultura y aún así año tras año la misma celebración. Una fiesta llena de colores y alegría, bajo el nombre de “llamadas” donde se reúnen todas las comparsas de los alrededores y nos contagian su grito que alguna vez fue de libertad. Hoy en Uruguay ya no hay esclavos, pero sigue habiendo gente que los recuerdan y cada año asisten a esta celebración. 

viernes, 17 de febrero de 2012


El mate, amigo de los uruguayos.

Estemos donde estemos, solos o acompañados, en pareja o entre amigos, siempre contamos con la compañía de nuestro leal amigo “el mate”. Este elemento ha presenciado la joven historia de nuestro país, al encontrarse en él desde antes que éste fuera llamado Uruguay.
Algunos conocedores de la historia de este objeto afirman que la yerba mate llegó a nuestras orillas en el año 1598, en mano de los guaraníes que navegaban por el río Uruguay con el fin del consumo personal y también de su comercialización.
Hay gente a favor, que no le hace asco al mate ni en la mañana, ni en la tarde, ni siquiera en la noche. Tienen su propia manera de aprontarlo, su estilo de cebarlo y su propio ritual para consumirlo.
Otros, que están en contra denominan a los primeros “mateinómanos”,  ya que creen en el mate como una especie de vicio tan maligno como el mismísimo tabaco.  No soportan ver el agua verde con espuma entre las hojas de una planta que jamás han visto de otra forma que no sea seca y molida, dentro de una especie de vaso de madera. “¡Vaya a saber uno de donde salió!”. Además, califican a sus consumidores como “vagos y holgazanes”.  Quizás esa gente debería tomar un vuelo a Europa donde prácticamente no se ve este fenómeno, que se yo. Pero si por casualidad se cruzan a alguien con mate, sabrán que están frente a un compatriota.
¿Pero cuáles son las verdaderas virtudes de esta costumbre y cuáles son los peligros que corremos al consumirlo?
Expertos afirman que la yerba mate contiene entre sus componentes químicos elementos como el sodio, el potasio, magnesio y manganeso, 15 tipos de aminoácidos, vitaminas A, b1, b2 y C.  Además de poli fenoles que ayudan al organismo a optimizar sus defensas.
Por otra parte, algunos científicos han señalado al consumo crónico del mate como un factor que incremente la probabilidad de cáncer en la vejiga, en el pulmón, el esófago, la cabeza y el cuello. Aunque les falta comprobar que reacción tiene la yerba en el organismo para incrementar estas posibilidades. También aseguran que el mate promueve la ansiedad, el insomnio, las nauseas y el dolor de cabeza.
Lo cierto es que el mate caracteriza, identifica y simboliza nuestra joven pero existente cultura. Cada hogar, cada oficina, cada plaza o parque son amigos de esta tradición. Seguramente muchas personas que no lo consumen, pero sabemos que el chillido de la caldera no dejara de sonar en Uruguay cada mañana.