viernes, 17 de febrero de 2012


El mate, amigo de los uruguayos.

Estemos donde estemos, solos o acompañados, en pareja o entre amigos, siempre contamos con la compañía de nuestro leal amigo “el mate”. Este elemento ha presenciado la joven historia de nuestro país, al encontrarse en él desde antes que éste fuera llamado Uruguay.
Algunos conocedores de la historia de este objeto afirman que la yerba mate llegó a nuestras orillas en el año 1598, en mano de los guaraníes que navegaban por el río Uruguay con el fin del consumo personal y también de su comercialización.
Hay gente a favor, que no le hace asco al mate ni en la mañana, ni en la tarde, ni siquiera en la noche. Tienen su propia manera de aprontarlo, su estilo de cebarlo y su propio ritual para consumirlo.
Otros, que están en contra denominan a los primeros “mateinómanos”,  ya que creen en el mate como una especie de vicio tan maligno como el mismísimo tabaco.  No soportan ver el agua verde con espuma entre las hojas de una planta que jamás han visto de otra forma que no sea seca y molida, dentro de una especie de vaso de madera. “¡Vaya a saber uno de donde salió!”. Además, califican a sus consumidores como “vagos y holgazanes”.  Quizás esa gente debería tomar un vuelo a Europa donde prácticamente no se ve este fenómeno, que se yo. Pero si por casualidad se cruzan a alguien con mate, sabrán que están frente a un compatriota.
¿Pero cuáles son las verdaderas virtudes de esta costumbre y cuáles son los peligros que corremos al consumirlo?
Expertos afirman que la yerba mate contiene entre sus componentes químicos elementos como el sodio, el potasio, magnesio y manganeso, 15 tipos de aminoácidos, vitaminas A, b1, b2 y C.  Además de poli fenoles que ayudan al organismo a optimizar sus defensas.
Por otra parte, algunos científicos han señalado al consumo crónico del mate como un factor que incremente la probabilidad de cáncer en la vejiga, en el pulmón, el esófago, la cabeza y el cuello. Aunque les falta comprobar que reacción tiene la yerba en el organismo para incrementar estas posibilidades. También aseguran que el mate promueve la ansiedad, el insomnio, las nauseas y el dolor de cabeza.
Lo cierto es que el mate caracteriza, identifica y simboliza nuestra joven pero existente cultura. Cada hogar, cada oficina, cada plaza o parque son amigos de esta tradición. Seguramente muchas personas que no lo consumen, pero sabemos que el chillido de la caldera no dejara de sonar en Uruguay cada mañana.

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