Un aplauso para el asador.
El pasado domingo 11 de marzo, me levanté
temprano. El sol brillaba con bastante intensidad desde las siete Am del nuevo
horario.
Me encontraba en mi ciudad natal Juan
Lacaze en el departamento de colonia. Me estaba quedando en lo de mi hermana
quien casualmente estaba de paseo en Montevideo, junto a mi cuñado “el gordo”
(amante de la comida tradicional uruguaya) y mi sobrinito Mateo de apenas 6
meses. Retornarían a Juan Lacaze al mediodía de ese mismo domingo.
Mi idea, la cual se me ocurrió el sábado
por la noche en medio de una charla con amigos, era recibirlos con un jugoso
asado bien a la uruguaya. Así que
apronté el mate y salí hacia la
carnicería, a ver qué había para tirar a
las brasas.
Termine comprando 5 kg de asado en tiras, 4 mollejas, una rueda de chorizo y 4
chinchulines. Para las once del mediodía ya tenía toda la carne en casa.
Entonces recibí el llamado. Era mi hermana avisándome que mi primo de Brasil
estaba en camino, junto a dos amigos brasileros. Por suerte había comprado carne suficiente, seguramente llegarían con
hambre.
Me dirigí al patio, tome unas leñas y
comencé a encender el fuego en la churrasquera. Dejé la carne en la parrilla y
entre a la cocina para preparar una ensalada rusa, el acompañamiento perfecto.
Después de un rato, incluso antes de que
llegaran los invitados, la comida estaba lista. Así fue como quedo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario